domingo, 20 de noviembre de 2011

Imaginemos que no estoy tan bien como digo. Imagínate que todo se te viene encima en un momento en el que tienes que cargar con todo su peso tú sola. Siente que de no hacerlo no seguirás hacía delante, que tienes que poder, que tienes que ser fuerte, que te va a doler, pero solo así ganarás. Sinceramente, a veces, llego a creer que seguir no tiene ningún sentido, que nadie me estará esperando con los brazos abiertos, pero otras me doy cuenta de que no necesito que nadie me espere, que yo podré, sola, así estaré mejor, así nadie me hará más daño del estrictamente necesario.

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